¿Eres de esas personas que se pasa la vida señalando y etiquetando a los demás por sus comportamientos? Cuando señalas, hay tres dedos que apuntan hacia ti.
Antes de salir de una relación tóxica, pregúntate si la tóxica no eres tú misma/mismo.
Al elegir vínculos que no te nutren y al quedarte el lugares donde no te aprecian.
Al apreciarte tan poco que aunque todo indique que ahí no es, sigues intentándolo.
Todos los vínculos nocivos inician dentro de ti, cuando no te respetas, cuando no comes ni duermes bien, cuando por desconexión con tus procesos internos culpas a los demás de tus fracasos, de tus errores y de lo que no te sale bien.
Cuando dices que la otra persona es tóxica, te maltrata o no te valora y sigues ahí.
No vamos a negar que existen personas maltratadoras y violentas. Pero también tenemos que aceptar que también existen muchas más personas que se sientan a esperar que todo pase, que no asumen la tarea enorme de sanarse e integrarse y que van de relación en relación pidiendo que la pareja asuma, salve y resuelva lo que les corresponde sanar en el nivel individual.
Ser tóxico arranca con cada quien y se reproduce en la relación. ¿Y cómo salir de una relación tóxica?
La salida siempre es hacia ADENTRO, aunque en la práctica a veces también implique decir Adiós, y hacerse cargo de las propias lágrimas y decisiones.