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Que entre el diablo y escoja

Creo que todos en algún momento hemos hecho el ejercicio consciente o no de revisar nuestro historial amoroso en busca de patrones. En charlas terapéuticas y en conversaciones con amigos, suele saltar la risa o el llanto cuando hablamos de los desastres amorosos o de los choques reiterados con personajes nefastos. «Siempre elijo locas», «Los hombres son todos iguales, unos idiotas y egoístas», «¿porque siempre me tocan infieles o tacaños?¿Porque todos son felices y con parejas perfectas, menos yo?».

Hace días, alguien comentaba que su historial de novios está compuesto por hombres inútiles, maltratadores, ausentes, tacaños y que no responden sexualmente. Y se preguntaba porque todos llegan imperfectos a mi vida?

Desde donde lo veo, las personas no somos imperfectas. Me gusta pensar que somos procesos e impresiones en curso. Y partiendo de esa perspectiva, quizá las personas llegan a nuestras vidas en etapas densas de sus procesos: drogas, desórdenes de tiempo, finanzas, maltrato y descuido, habría que chequear en qué parte del proceso estamos nosotros para darle cabida a estos personajes.

Es evidente que si abrimos estos vínculos, es porque hay puntos ciegos que nos llevan a ignorar las señales de alarma. Y eso no quiere decir que seamos imperfectos. Quiere decir que existen temas que podríamos observar e integrar con calma y con amor, antes de lanzarnos a una búsqueda ciega de personas que también están en observación e integración de sus propias sombras.

Qué tal si nos quedamos con nosotros mismos por un tiempo y exploramos en tu relación con los hombres.

A ti que estás leyendo te dejo un pequeño cuestionario para que te observes. ¿Con los ojos de quien miras a tus parejas? ¿Las mujeres o los hombres de tu familia, tus ancestros femeninos y masculinos, están heridos con los hombres o mujeres? ¿Qué piensas de los hombres? ¿Qué piensas de las mujeres ¿Qué esperas tu de los hombres? ¿Qué esperas tu de las mujeres? ¿ Esas expectativas son adultas o son infantiles?

Si te respondes algunas de estas cuestiones con honestidad, seguro tendrás insumos y pistas para emprender un proceso terapéutico profundo y serio que te lleve a relaciones más equilibradas.

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