Lo nuestro siempre es y será el amor. El amor es una fuerza natural, potente, conductora, nutritiva. Esta presente en cada vínculo, en la naturaleza, en la Divinidad, en el interior de cada ser.
La cuestión es que asociamos el amor, solo a la relación de pareja y allí está la falla, la visión de caballo cochero: limitada y plana. Si no encajas con nadie, es porque a lo mejor la vida te esta pidiendo que dejes de buscar en otros lo que primero tienes que encontrar en ti: eres tu la fuente primordial del amor, eres tu quien te salva, te rescata y te abraza.
Eres tu quien tiene todas las fichas del rompecabezas. No es un otro. Y sí, eres tu también el problema: el problema cuando te cuesta estar en tu propia compañía, cuando no ves que el amor es algo que te excede y que excede el típico corazón, las típicas mariposas de colores y los típicos castillos de hadas. El amor es una cualidad, una energía y una fuerza que se manifiesta de tan innumerables formas que es muy obtuso reducirlo a una relación de pareja.
Como lo hemos venido diciendo: la salida es hacia adentro para que te abraces, para que te descubras, para que te conozcas, te perdones y te conviertas en tu mejor compañía. Y si lo logras, prepárate porque descubrirás que el amor si es lo tuyo, que siempre lo ha sido y lo será y que ese amor viene en formas tan variopintas y tan sorprendentes que superan por mucho al osito de peluche, la caja de chocolates con forma de corazón o las rosas que usualmente nos imaginamos.