Soltar requiere dosis grandes de fortaleza. Solemos pensar que sostenerse es lo que implica más energía. Y olvidamos que es en el soltar donde esta la fuerza y la valentía. Pero comencemos por el principio: ¿terminaron hace cinco años? ¿qué temirnaron?. Me parece que no terminaron. A lo mejor le pusieron otro título a la relación. Tal vez pasaron de la etiqueta de novios a la de amantes, amigos con derechos, traga maluca, bonbrill. Evidentemente, no terminaron y por eso el ciclo se repite hasta cinco años después. ¿Quieres soltarte de ese ciclo? Hazlo. Es simple. La cuestión es que no siempre queremos soltar. Nos aferramos a lo malo conocido porque así funciona la mente humana, se aferra a lo familiar, aunque eso nos haga daño. La mente busca seguridad y control, así el costo sea altísimo y nos genere sufrimiento. ¿Quieres soltar? Ponte límites a ti misma y comprométete contigo misma a cumplir esos límites. Cierra las puertas y las ventanas, agradece por esa relación, perdona y pide perdón al otro, y cierra el contacto. ¿Quieres soltar? Has una dieta y no dejes cabos sueltos. Aléjate de su whatsapp, abandona los mismos espacios y vínculos que comparten. No esperes que sea el otro en que haga esos movimientos. Hazlos tú. Eso será costoso, incómodo y hasta doloroso, pero te llevará a donde quieres y sobre todo a donde necesitas llegar: a tu centro interior, a descubrir cosas en ti, a armar nuevos sueños y a estar contigo para abrir un círculo virtuoso.